Bailando en las tinieblas..!! Observando la rotación de Ultima Thule durante la aproximación final. Uno de los misterios más prematuros que nos ofreció la visita a este pequeño mundo del Cinturón de Kuiper es que su brillo, ante los ojos de la New Horizons , no cambiaba demasiado, algo extraño al tratarse de un cuerpo de forma irregular. Al girar sobre si mismo debería experimentar variaciones de luminosidad notables, pero no era así. Se propusieron varias hipótesis, entre ellas, la que se consideraba más probable, la que proponía que su eje de rotación apuntaba en la dirección por donde se aproximaba la sonda, como si estuviéramos viendo una hélice girando sobre si mismo, por lo que la superficie que nos mostrara siempre fuera la misma. Eso explicaría su resplandor constante. Y eso fue exactamente lo que nos encontramos. En este caso dos cuerpos independientes, unidos en un suave beso eterno, girando sobre si mismos y con su eje de rotación mirando hacia el recién llegado
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