El futuro se llama Lucy y Psyche..!!

Así son las dos nuevas sondas aprobadas por la NASA.
Fue el final de un largo camino, en realidad el de una dura competencia entre diversas propuestas y sus respectivos equipos humanos. Poco a poco los 27 participantes de esta carrera de fondo se fue reduciendo a medida que iban siendo descartadas, hasta que al final solo quedaron 5 supervivientes, en un lucha final por los recursos necesarios para saltar de la teoría a la realidad. Todas ellas notables, como muchas de las que se quedaron atrás, pero los recursos disponibles no dan para mucho más. En realidad se puede considerar una excelente noticia que finalmente se decidiera dar luz verde a dos, en lugar de una sola. 

¿Y cuales son las dos ganadoras, que comparten esta simbólica medalla de Oro? La respuesta son Lucy y Psyche, ambas destinadas al estudio de asteroides. Serán las que recibirán los recursos de la clase Discovery, uno de los 3 programas en que se dividen las sondas de la NASA, y que corresponde a aquellas con un presupuesto por debajo de los 500 Millones de Dólares, sin incluir los costes de lanzamiento. Se puede tener la tentación de considerarlas misiones "baratas" y de las que, por eso mismo, no se puede esperar demasiado, pero si recordamos que, por ejemplo, Dawn forma parte de las Discovery, la cosa se verá muy diferente. Al final tan importante resultan los recursos como la creatividad a la hora de utilizarlos. Y seguro que las ahora ganadoras no serán una excepción. Tendremos mucho tiempo para conocerlas en profundidad, ya que no llegarán hasta la década siguiente, pero hagamos ahora una primera toma de contacto.

Lucy: Programada para lanzarse en octubre de 2021 y se espera que llegue a su primer destino (un miembro del Cinturón de Asteroides) en 2025. Pero eso solo será el principio del viaje, ya que entonces se dirigirá hacia los troyanos de Júpiter, una basta familia de asteroide nunca antes explorados que viajan acompañando al gigante joviano, atrapados alrededor de los puntos de Lagrange 4 y 5. Entre 2027 y 2033, Lucy estudiará seis de ellos, en una compleja ruta que la llevara de un grupo a otro, pasando varias veces por la Tierra como punto de apoyo gravitatorio. Un esfuerzo que merecerá la pena, dado que se considera que pueden ser una auténtica caja del tesoro.

"Uno de los aspectos sorprendentes de esta población es su diversidad. Si los miramos a través de telescopios desde la Tierra, vemos que son muy diferentes entre sí. Eso nos está diciendo algo sobre cómo el Sistema Solar se formó y evolucionó. Esta diversidad, creemos, se debe al hecho de que en realidad se formaron en regiones muy diferentes del Sistema Solar, con características físicas muy diferentes .Estos objetos empezaron su existencia a diferentes distancias, pero durante la formación de nuestro sistema planeta, se movieron y terminaron sus días en estos depósitos estables cerca de la órbita de Júpiter", explica Harold F. Levison, investigados principal de este misión.

Acceder a ellos significaría, de ser cierto, tener muestras de diferentes lugares y tiempos reunidas en un mismo lugar, listas para desvelar sus secretos. No es extraño, por tanto, el interés que existía en lograr una sonda para su exploración. En realidad los 6 seleccionados cumplen precisamente esa meta, ya que son todos diferentes entre ellos.

Como sonda "barata", Lucy se construirá a partir de tecnología ya probada y basándose en el diseño de misiones previas, como New Horizons y OSIRIS-REx, de las cuales heredará tanto versiones actualizadas de algunos de sus instrumentos (como RALPH, LORRI y OTES), como algunos miembros de sus respectivos equipos en tierra, que prestarán así su experiencia a esta recién llegada.

Psyche: Programada para lanzarse en Octubre de 2023, sobrevolará la Tierra en 2024 y Marte en 2025 antes de llegar, en 2030, a su objetivo, el asteroide 16 Psyche, alrededor del cual entrará en órbita. A diferencia de Lucy, será el primero y último que visite, ya que esa es su meta definitiva. Que se llame igual no es coincidencia, como es fácil suponer.

El motivo de tanto interés no resulta extraño, ya que este cuerpo, de unos 200 Km de diámetro, es único, un asteroide compuesto en su práctica totalidad de Hierro y Níquel del que no se conoce ningún otro. Algo así no se pudo haber formado tal cual es hoy día, y lo más probable es que se trate del antiguo núcleo de un antiguo planeta, planeta enano o asteroide masivo, que llegó a generar una diferenciación por capas, con los elementos más pesados precipitándose hacia el centro, antes de que el impacto de otro cuerpo lo destrozara, dejando solo lo que una vez fue su corazón. Al menos esa parece la visión más plausible. Psyche deberá dar una respuesta definitiva, además de la increíble oportunidad de explorar, si esa es su naturaleza, un núcleo planetaria de forma directa

"La Humanidad ha visitado mundos rocosos, helados y de gas. Pero nunca hemos visto un mundo metálico. Psique nunca se ha visitado o fotografiado como algo más que un punto de luz. Su aspecto sigue siendo un misterio. Esta misión será verdaderamente de exploración y descubrimiento. Creemos que es el núcleo de metal de un pequeño planeta que fue destruido por un impacto de alta energía durante los primeros tiempos del Sistema Solar. Al visitar Psique podemos literalmente visitar un núcleo planetario de la única manera en que la humanidad puede. Vamos a visitar un espacio interior visitando el espacio exterior", explica Lindy Elkins-Tanton, investigadora principal de la misión."¿Cómo creemos que podría ser? Tiene flujos superficiales de lava de azufre en su superficie? Está cubierto de acantilados creados cuando el metal se enfriaba, encogía y el exterior del cuerpo se rompió por eso? Es la superficie una combinación de metal de hierro y cristal mineral verde como vemos en los meteoritos de hierro? Y qué aspecto tiene un cráter de impacto en metal? Podrían sus bordes o el metal proyectado congelarse en el frío del espacio antes de caer de nuevo en la superficie. No lo sabemos".

Y aún hubo una "medalla de Plata" para la misión NEOCam, un telescopio espacial destinado a la exploración de las regiones cercanas a la Tierra en búsqueda de asteroides potencialmente peligrosos. Aunque no fue seleccionada, si recibirá un año más de financiación, una señal de que si bien el proyecto presentado igual no fue suficientemente bueno para ganar, tiene potencial para llegan a buen puerto si se desarrolla más. Veremos donde queda finalmente. No tanta suerte tuvieron las dos destinadas a Venus. La NASA sigue dando la espalda al ardiente gemelo de nuestro planeta, al menos de momento.

Lucy y Psyche son dos proyectos realmente apasionantes, cada uno de ellos con metas igualmente fascinantes. Los Troyanos de Júpiter son un reino lleno de oportunidades, y 16 Psyche significa aproximarnos a un mundo único, en el sentido estricto de la palabra, cuya misma naturaleza promete ofrecer cosas nunca vistas. Quizás una distribución más equilibrara, una para asteroides o otra planetaria a Venus, habría sido mejor, en lugar de centrar tanto el objetivo en los primeros, pero en realidad no deja de ser una queja leve. En realidad ojalá hubieran recursos para haber aprobado a los 5, porque todos ellos se lo merecían. Pero al final hemos tenido dos ganadores en lugar de uno solo, lo que es un regalo que merece ser valorado. Y ambas se lo merecían.
Lucy afrontará un largo viaje hacia 6 de los asteroides troyanos de Júpiter, un basto reino lleno de cuerpos llegados de otros lugares del Sistema Solar, formados en regiones muy apartadas unas de otras y finalmente atrapados en estas regiones de equilibro gravitatorio. Eso lo convierte en una caja del tesoro lleno de muestras listas para estudiar. Entre ello uno doble, formado por dos asteroides de igual tamaño, Patroclus y Menotius, algo nunca explorado con anterioridad.
El complejo viaje de Lucy,  realizará 6 sobrevuelos, 4 de ellos en la región L4, para posteriormente regresar hacia la Tierra para adquirir velocidad y saltar a la región L5, donde le esperan Patroclus y Menotius, el asteroide doble.
Psyche irá el encuentro de un mundo único, jamás visto con anterioridad. Un cuerpo celeste de más de 200 KM compuesto prácticamente en su totalidad de Hierro metálico y Níquel. Si es lo que queda de un antiguo núcleo de un planeta destruido en los turbulentos inicios del Sistemas Solar, como todo indica, poder llegar hasta él, representa un evento extraordinario. 
Un viaje a un mundo de metal. 

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