El largo camino de regreso..!!
¿Primeros pasos para hacer realidad una sonda orbital a Plutón?
Fue un emocionante viaje de exploración a un mundo que superó todas las expectativas, tan variado y complejo que el estudio de toda la información reunida durante el sobrevuelo de la New Horizons seguirá dando de que hablar durante mucho tiempo. Fue una misión exitosa por encima de toda previsión, pero por eso mismo frustrante en igual medida. Si con unas pocas horas de máxima aproximación, reveló tantas maravillas, observar con detalle solo una parte de Plutón ya nos dejó en un estado de asombro, es imposible no pensar en todo lo que podría haberse descubierto de haber tenido más tiempo, de haber permanecido a su lado, observándolo completo a lo largo del tiempo.
Y ese es un sentimiento que comparten los científicos de la misión New Horizons. Lograr que se aprobara fue una dura lucha, que se ganó ampliando sus objetivos en el Cinturón de Kuiper y limitando el presupuesto a cifras modestas, por lo que una sonda de sobrevuelo, después de tantos proyectos rechazados, ya fue un triunfo. Llegamos a Plutón y vimos que era un mundo maravilloso. Y eso es extraordinario. Pero también quedamos con la sensación de que quedaba mucho por descubrir. El sueño de regresar, y esta vez para quedarnos, nació ese mismo día. Y los primeros pasos ya se están dando.
A finales de Abril 35 científicos, entre ellos Alan Stern, cabeza visible de la misión New Horizons, se reunieron con un objetivo: Poner las primeras bases para una futura sonda orbital a Plutón, y hacer todo lo posible para que se convierta en realidad. En cierta forma recuerda, en palabras de este último, a las primeras reuniones que, a finales de los 80, se hicieron las primeras reuniones para hacer realidad una misión de sobrevuelo. Quizás estamos ante el inicio de un nuevo camino.
¿Cual es el concepto actual? Una sonda orbital que recorrería el complejo sistema de Plutón usando Caronte para realizar asistencias gravitatorias, algo similar a como funcionó la Cassini durante buena parte de su misión, que se apoyó en la gran luna Titán para ir cambiando su órbita según los nuevos objetivos planteados. La sonda propiamente dicha sería algo parecido a la Dawn, actualmente en órbita alrededor de Ceres, posiblemente utilizaría propulsión eléctrica y tendría media docena de instrumentos científicos, según Stern. Incluso se plantea la opción de un módulo de aterrizaje, siempre que el presupuesto lo permita.
Sin embargo, debido a la lejanía del Sol, dependería, como es el caso de New Horizons, de una fuente de energía nuclear, de generadores termoeléctrico de radioisótopos o RTG, por lo que el prepuesto necesario para llevarla adelante sería mucho más alto que en el caso de Dawn, posiblemente entre 1000 o 2000 millones de dólares, quizás de la clase New Frontiers, o incluso de la Flagship, la mayor y más cara de las de la NASA, dentro de la cual se encuentran colosos como Curiosity). Stern aspira a que despegará a finales de la década de 2020. Un lanzamiento en 2030 tendría además un significado ceremonial, ya que coincidiría con el centenario del descubrimiento de Plutón. La sonda pasaría siete u ocho años de viaje, seguido de cuatro o cinco años estudiando el planeta enano y sus lunas, y finalmente, con un último encuentro con Caronte, iniciar un viaje hacia el interior del Cinturón de Kuiper, en busca de nuevos objetivos.
Aunque el presupuesto para exploración planetaria acaba de experimentar un notable ascenso bajo la administración Trump, no será nada sencillo lograr que se apruebe un esfuerzo semejante, y más con Marte y Europa ahora en primer plano de interés, seguido por Encélado. En realidad el objetivo es lograr que la idea de una misión orbital a Plutón sea un tema recurrente, del que se vaya hablando a lo largo del tiempo, madurando el proyecto, y lograr que cuando en 2020 se inaugure un nuevo "Planetary Science Decadal Survey", que marcará los planes de exploración de la NASA los siguientes 10 años, las opciones estén abiertas.
Y esta es la idea. Que se hable de ello, que las opciones estén ahí, lanzar el mensaje que no hemos terminado con Plutón. Y quizás esto último sea lo importante, porque fue la insistencia por parte de un grupo de apasionados, a lo largo de los años, superando sucesivos rechazos, los que finalmente hicieron realidad a la New Horizons. Ahora, quizás, solo quizás, estamos al principio de algo parecido.
Fue un emocionante viaje de exploración a un mundo que superó todas las expectativas, tan variado y complejo que el estudio de toda la información reunida durante el sobrevuelo de la New Horizons seguirá dando de que hablar durante mucho tiempo. Fue una misión exitosa por encima de toda previsión, pero por eso mismo frustrante en igual medida. Si con unas pocas horas de máxima aproximación, reveló tantas maravillas, observar con detalle solo una parte de Plutón ya nos dejó en un estado de asombro, es imposible no pensar en todo lo que podría haberse descubierto de haber tenido más tiempo, de haber permanecido a su lado, observándolo completo a lo largo del tiempo.
Y ese es un sentimiento que comparten los científicos de la misión New Horizons. Lograr que se aprobara fue una dura lucha, que se ganó ampliando sus objetivos en el Cinturón de Kuiper y limitando el presupuesto a cifras modestas, por lo que una sonda de sobrevuelo, después de tantos proyectos rechazados, ya fue un triunfo. Llegamos a Plutón y vimos que era un mundo maravilloso. Y eso es extraordinario. Pero también quedamos con la sensación de que quedaba mucho por descubrir. El sueño de regresar, y esta vez para quedarnos, nació ese mismo día. Y los primeros pasos ya se están dando.
A finales de Abril 35 científicos, entre ellos Alan Stern, cabeza visible de la misión New Horizons, se reunieron con un objetivo: Poner las primeras bases para una futura sonda orbital a Plutón, y hacer todo lo posible para que se convierta en realidad. En cierta forma recuerda, en palabras de este último, a las primeras reuniones que, a finales de los 80, se hicieron las primeras reuniones para hacer realidad una misión de sobrevuelo. Quizás estamos ante el inicio de un nuevo camino.
¿Cual es el concepto actual? Una sonda orbital que recorrería el complejo sistema de Plutón usando Caronte para realizar asistencias gravitatorias, algo similar a como funcionó la Cassini durante buena parte de su misión, que se apoyó en la gran luna Titán para ir cambiando su órbita según los nuevos objetivos planteados. La sonda propiamente dicha sería algo parecido a la Dawn, actualmente en órbita alrededor de Ceres, posiblemente utilizaría propulsión eléctrica y tendría media docena de instrumentos científicos, según Stern. Incluso se plantea la opción de un módulo de aterrizaje, siempre que el presupuesto lo permita.
Sin embargo, debido a la lejanía del Sol, dependería, como es el caso de New Horizons, de una fuente de energía nuclear, de generadores termoeléctrico de radioisótopos o RTG, por lo que el prepuesto necesario para llevarla adelante sería mucho más alto que en el caso de Dawn, posiblemente entre 1000 o 2000 millones de dólares, quizás de la clase New Frontiers, o incluso de la Flagship, la mayor y más cara de las de la NASA, dentro de la cual se encuentran colosos como Curiosity). Stern aspira a que despegará a finales de la década de 2020. Un lanzamiento en 2030 tendría además un significado ceremonial, ya que coincidiría con el centenario del descubrimiento de Plutón. La sonda pasaría siete u ocho años de viaje, seguido de cuatro o cinco años estudiando el planeta enano y sus lunas, y finalmente, con un último encuentro con Caronte, iniciar un viaje hacia el interior del Cinturón de Kuiper, en busca de nuevos objetivos.
Aunque el presupuesto para exploración planetaria acaba de experimentar un notable ascenso bajo la administración Trump, no será nada sencillo lograr que se apruebe un esfuerzo semejante, y más con Marte y Europa ahora en primer plano de interés, seguido por Encélado. En realidad el objetivo es lograr que la idea de una misión orbital a Plutón sea un tema recurrente, del que se vaya hablando a lo largo del tiempo, madurando el proyecto, y lograr que cuando en 2020 se inaugure un nuevo "Planetary Science Decadal Survey", que marcará los planes de exploración de la NASA los siguientes 10 años, las opciones estén abiertas.
Y esta es la idea. Que se hable de ello, que las opciones estén ahí, lanzar el mensaje que no hemos terminado con Plutón. Y quizás esto último sea lo importante, porque fue la insistencia por parte de un grupo de apasionados, a lo largo de los años, superando sucesivos rechazos, los que finalmente hicieron realidad a la New Horizons. Ahora, quizás, solo quizás, estamos al principio de algo parecido.
La reunión acontecida a finales de Abril, con la intención de poner las bases de una hipotética misión orbital a Plutón.
El maravilloso Plutón. Observarlo al completo, explorar la superficie que no pudimos ver o solo lo hicimos de forma limitada, y también estudiarlo a lo largo de un periodo de tiempo prolongado, en lugar de un fugaz paso de unas horas, es el sueño actual de los integrantes de la misión New Horizons, y de buena parte de los científicos planetarios. Motivos no faltan.
Comentarios
Publicar un comentario