El ascenso del reino acuático..!!
Simulando el comportamiento del océano interior de Europa.
Alcanzar esta luna de Júpiter es una de las grandes sueños, por no decir obsesiones, de los astrobiólogos. Y no es extraño, ya que este pequeño mundo, aparentemente un páramo helado y lleno de radiación, parece esconder uno de los ambientes más propicios que existen para la vida que existen en el Sistema Solar, más que Marte. Ahora bien, con ese océano escondido debajo de una gruesa corteza de hielo, acceder a el es poco menos que un sueño a día de hoy, por lo que solo podemos intentar hacerlo de formas indirectas.
Una de ellas son las aparentes plumas de partículas, que como los géisers de Encélado, lanzan material procedente de su acuático interior. Pero su posición localizada y que posiblemente no tengan una actividad constante las convierte en puertas ciertamente limitadas. La otra podrían ser las características lineales que se observan en la superficie, llamadas "bandas" y "surcos", y que son parte de los movimientos de sus cortezas heladas, alimentados por sus respectivos océanos subterráneos. Por ello los científicos del Jet Propulsion Laboratory están realizando diversas simulaciones para visualizar los diversos comportamientos posibles en la interacción del océano y la corteza helada, entre ellas la que plantea que dichas líneas están formadas por material llegado desde este primero, fruto tanto de los movimientos de convección como por las mareas gravitatorias de Júpiter.
Los científicos describen estas zonas como depósitos de material oceánico "fósil", porque las bolsas de agua atrapadas en la capa de hielo pueden necesitar solo unos cientos de miles de años para alcanzar la superficie. En otras palabras, si una sonda aterrizara en ellas, tendría acceso a una muestra directa de material que una vez fue parte del océano de Europa, no directamente de su estado actual, pero si lo bastante cerca en el tiempo para considerarlo una muestra válida. Y eso tendría un valor más allá de lo imaginable. Si un día se hace realidad un módulo de aterrizaje posándose en este luna, sea como parte de la sonda Europa Clipper o en proyectos más lejanos en el tiempo, ya sabemos donde deberíamos hacerlo.
Las líneas de Europa, lugares donde la corteza helada se rompió por efecto de las mareas gravitatorias y el empuje del océano interior, y donde material de este último pudo haber llegado hasta la superficie.
Europa’s Ocean Ascending
Alcanzar esta luna de Júpiter es una de las grandes sueños, por no decir obsesiones, de los astrobiólogos. Y no es extraño, ya que este pequeño mundo, aparentemente un páramo helado y lleno de radiación, parece esconder uno de los ambientes más propicios que existen para la vida que existen en el Sistema Solar, más que Marte. Ahora bien, con ese océano escondido debajo de una gruesa corteza de hielo, acceder a el es poco menos que un sueño a día de hoy, por lo que solo podemos intentar hacerlo de formas indirectas.
Una de ellas son las aparentes plumas de partículas, que como los géisers de Encélado, lanzan material procedente de su acuático interior. Pero su posición localizada y que posiblemente no tengan una actividad constante las convierte en puertas ciertamente limitadas. La otra podrían ser las características lineales que se observan en la superficie, llamadas "bandas" y "surcos", y que son parte de los movimientos de sus cortezas heladas, alimentados por sus respectivos océanos subterráneos. Por ello los científicos del Jet Propulsion Laboratory están realizando diversas simulaciones para visualizar los diversos comportamientos posibles en la interacción del océano y la corteza helada, entre ellas la que plantea que dichas líneas están formadas por material llegado desde este primero, fruto tanto de los movimientos de convección como por las mareas gravitatorias de Júpiter.
Los científicos describen estas zonas como depósitos de material oceánico "fósil", porque las bolsas de agua atrapadas en la capa de hielo pueden necesitar solo unos cientos de miles de años para alcanzar la superficie. En otras palabras, si una sonda aterrizara en ellas, tendría acceso a una muestra directa de material que una vez fue parte del océano de Europa, no directamente de su estado actual, pero si lo bastante cerca en el tiempo para considerarlo una muestra válida. Y eso tendría un valor más allá de lo imaginable. Si un día se hace realidad un módulo de aterrizaje posándose en este luna, sea como parte de la sonda Europa Clipper o en proyectos más lejanos en el tiempo, ya sabemos donde deberíamos hacerlo.
Las líneas de Europa, lugares donde la corteza helada se rompió por efecto de las mareas gravitatorias y el empuje del océano interior, y donde material de este último pudo haber llegado hasta la superficie.
Europa’s Ocean Ascending
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